Aveces la verdad está en las narices, nos hacemos los ciegos y no la queremos ver; nos jactamos de ser correctos y criticar la imperfección humana y no concebimos que hasta el más fuerte es posible que caiga de la manera más tonta; cuando caemos en esta realidad por experiencia y el daño causado es irreversible, la culpa agobia el alma envenenandola en remordimientos que la desgarran concentrando el dolor en el corazón.
¿Dónde está la moral en este mundo?
¿Alguien me puede explicar, alguien me puede responder, a alguien le importa responderme?
Qué fácil que es llegar a corromperse a cada espacio de existencia, sinnúmero de cosas podría nombrar, escribiría cientos de libros, tal vez perdería mi tiempo, y es más que seguro que pocos lo leerán para provecho, algunos harán caso omiso; prefieren engrandecer sus instintos salvajísticos alimentandose de corrupción por los ojos y propagarlo en sus hechos sin respeto ni importancia de quien dañaron; las palabras se me acaban, las ideas se me agotan, es realmente inútil ponerse a protestar por el mal ajeno o sólo debería preocuparme de mi vida bajo un acto egoísta, pero y qué cuando su inescrupulosidad atenta contra mí?
Las palabras se me van, las ideas se me agotan: sólo tengo 17 míseros años y no logro digerir y aceptar con resignación y conformidad; es que acaso soy la última tonta moralista de quien todo mundo hace mofa por reclamarle como su madre lo hace?
Dios sabe por que hace las cosas. Buen pensamiento otorgador de conformidad cuando existe una angustia o situación incontrolable e inaceptable, sólo queda ... esperar.
Aveces muy en el fondo surge una vaga duda de la existencia divina, pero tampoco cabe en la mente ser un producto de simple casualidad.
Recomiendo en éstos casos inclinarse a lo que su alma siente en sus profundidades.
En silencio y tranquilidad, sin posibilidad de interrupción me inclino hacia mi misma; es lo más inexplicable y enérgico que percibo, es algo trascendental que me atrae y me llama, a donde pertenesco, dónde está la esencia de mi existencia, y tal vez la verdad en un punto casi de desconectarse de esta realidad.....
¿Dónde está la moral en este mundo?
¿Alguien me puede explicar, alguien me puede responder, a alguien le importa responderme?
Qué fácil que es llegar a corromperse a cada espacio de existencia, sinnúmero de cosas podría nombrar, escribiría cientos de libros, tal vez perdería mi tiempo, y es más que seguro que pocos lo leerán para provecho, algunos harán caso omiso; prefieren engrandecer sus instintos salvajísticos alimentandose de corrupción por los ojos y propagarlo en sus hechos sin respeto ni importancia de quien dañaron; las palabras se me acaban, las ideas se me agotan, es realmente inútil ponerse a protestar por el mal ajeno o sólo debería preocuparme de mi vida bajo un acto egoísta, pero y qué cuando su inescrupulosidad atenta contra mí?
Las palabras se me van, las ideas se me agotan: sólo tengo 17 míseros años y no logro digerir y aceptar con resignación y conformidad; es que acaso soy la última tonta moralista de quien todo mundo hace mofa por reclamarle como su madre lo hace?
Dios sabe por que hace las cosas. Buen pensamiento otorgador de conformidad cuando existe una angustia o situación incontrolable e inaceptable, sólo queda ... esperar.
Aveces muy en el fondo surge una vaga duda de la existencia divina, pero tampoco cabe en la mente ser un producto de simple casualidad.
Recomiendo en éstos casos inclinarse a lo que su alma siente en sus profundidades.
En silencio y tranquilidad, sin posibilidad de interrupción me inclino hacia mi misma; es lo más inexplicable y enérgico que percibo, es algo trascendental que me atrae y me llama, a donde pertenesco, dónde está la esencia de mi existencia, y tal vez la verdad en un punto casi de desconectarse de esta realidad.....
1 comentario:
mejor..claridad en palabras..no existe..un urra...y un el aplauso t lo debo..
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